Loarre: andar, leer, oir y ver para gozar mucho

Yo voy soñando caminos

de la tarde. ¡Las colinas

doradas, los verdes pinos,

las polvorientas encinas!…

¿Adónde el camino irá?

Versos de Antonio Machado con los que en el Día de Andalucía, su cuna ,porque muchas otras fueron su tierra, abro espacio a sensaciones que han dejado ese personal camino más de la noche que de la tarde que hace treinta y siete años pretendí hacer. Anduve mucho desde un lugar de La Mancha para ver y saber mucho. Todo quedó entonces en el sueño de una noche de otoño por caminos que en mi Fura de antaño me llevaron , sí, al castillo de Loarre pero que se cerraron al llegar a él.

He vuelto a soñar caminos…y a hacerlos bien pertrechada. ¿ qué mejor manera que en compañía de quien también los sueña, anda y comparte mucho ? Así sí, esta vez las puertas se me han abierto y el castillo de Loarre ha dejado de ser parte de un misterio del tiempo para pasar a convertirse en una recomendable experiencia emoturística.

«El miedo es bueno. Te mantiene alerta, te hace valorar todas las opiniones. El miedo es el aliado de los valientes y el peor enemigo de los cobardes»

¡ Ay, el miedo ! bien lo define el escritor Luis Zueco Jiménez (Zaragoza , 1979) en «El castillo» .Novela cuya lectura ha sido ideal preámbulo para mi posterior visita al mismo y hoy , ya hecha, me obliga a releer para redescubrir retazos de lo que ya no es sólo parte de mi memoria literaria sino que ha quedado en mi retina. «El castillo» novela de asunto épico pero de interés no menor para quienes amen el Arte reflejado en la arquitectura industrial. No es casual que el autor se haya formado en estos aspectos de la Ingeniería y la Historia del Arte.

¿Miedo ? No, no hay ninguno al afirmar que la visita al castillo de Loarre ha supuesto múltiple experiencia- el emoturismo siempre lo es- donde historia, arte, naturaleza, sostenibilidad y revitalización rural han sumado tan atractiva como armónicamente para dar como resultado un producto que merece ser conocido, disfrutado y recomendado. Emociones diversas las sentidas y en ella también y agridulce esa que , como viajera, apela a mi propia memoria histórica y que me ha trasladado a la fortaleza de Aleppo que en 2008 visité.

ALEPPO,POR UNA CULTURA DE PAZ سلام

Hoy el castillo de Loarre me la ha recordado como María al guía que con tanto arte nos descubrió aquella Ciudad Patrimonio de la Humanidad. Aquí he vuelto a sentirme en aquel que fue lugar de paz y de Paz y con el oriolano Miguel he vuelto a gritar ¡ Tristes guerras, triste, tristes …!

Hoy, que algunos «expertos» siguen refiriéndose a nuestro mundo rural con términos para mí tan poco válidos como el de » La España vaciada» (leáse olvidada) bien podrían estos mismos teóricos conocer y aprender de realidades como es la gestión del castillo de Loarre. Gestión cuyo éxito en buena parte obedece a la implicación en la misma de un grupo de jóvenes profesionales de la cultura y el turismo que socialmente asertivos y de forma amena comparten con el viajero su saber al tiempo que , viniendo a vivir a Loarre y pueblos aledaños dan esperanza y vida a la comarca.

Tal ha sido mi experiencia con María Molina, mi guía, y que mi reconocimiento y recomendación merece por una labor que como parte de sus afanes y días, logra un sueño posible: que el camino nos lleve hasta Loarre, que se nos abran las puertas de su castillo y adentrándonos en él, lo hagamos al conocimiento y el disfrute de un patrimonio cultural que siempre ha de ser sustento de nuestro mundo rural.

Gracias, pues , María, porque, lejos de hacer cumplir el supuesto lema reflejado en los tres monos del capitel, tu compartir nos ha llevado a ver, oir y saber para gozar mucho.

http://www.castillodeloarre.org/Loarre/06-SPedro0.htm

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